Dentro del campo de la Fotografía Digital se tiene una gran variedad de formatos de archivos digitales para almacenar nuestras fotografías digitales. No debemos confundir el formato del archivo, o tipo de archivo, con el formato de la fotografía. El formato de la fotografía hace referencia a la resolución de la misma y se estila hacer referencia a ello en Mega pixeles (Mp). Mientras que el formato del archivo hace referencia al formato en que los datos que conforman la fotografía son almacenados y decodificados por la computadora.
A primera vista, para el fotógrafo principiante, el archivo RAW presenta una gran desventaja con respecto a su contraparte, el archivo JPEG, y ésta es el espacio de almacenamiento que ocupa. El archivo RAW ocupa un mayor espacio de almacenamiento que el archivo JPEG, para la misma fotografía, por lo que la cantidad de fotografías almacenadas en una tarjeta se ve drásticamente disminuida.
Además, este tipo de archivo no es directamente desplegable por cualquier sistema operativo, lo que resulta inconveniente en algunos casos.
Lo que nos conlleva a preguntarnos ¿Para qué entonces el archivo RAW?
Recordemos que, el sensor de nuestra cámara digital se encarga de captar la luz de la imagen formada en su interior por medio de pequeños fotosensores incorporados en él denominados fotositos, cada uno de los cuales capta los fotones de esa zona de la imagen, lo que, dependiendo de la cantidad de fotones “capturados” produce una determinada corriente eléctrica.
De esta manera, la corriente eléctrica producida por cada fotosito se traducirá en un punto de la imagen capturada, ahora resta interpretar estos puntos de modo tal que puedan conformar una imagen, lo cual se logra por medio de una serie de procedimientos matemáticos que reordenarán la información captada por ellos en una matriz de puntos, cada uno de ellos con un determinado valor numérico.
Cada uno de los puntos que conforman esa matriz, contiene información con respecto a la intensidad y color de esa zona específica de la imagen, es lo que conocemos como píxel (picture element) y en conjunto son la reinterpretación de la imagen capturada, en realidad, esta matriz es la imagen digital.
A continuación, se debe almacenar esta información de alguna manera, y es aquí donde entran en juego los distintos tipos de archivos informáticos, como fotógrafos, debemos considerar las características propias de los formatos de archivo a utilizar. En general podemos considerar que existen dos tipos fundamentales de archivos para fotografías, los formatos sin compresión y aquellos con compresión, y dentro de este último aquellos sin pérdida de información y aquellos con pérdida de información.
Además, los fabricantes de cámaras digitales incorporan algunas subrutinas matemáticas con la finalidad de “mejorar” la calidad de la imagen obtenida, esta serie de subrutinas es lo que se conoce como “Revelado Digital” y consiste en una serie de cálculos para tal fin, tal puede ser el caso del “Balance de Blancos”.
En el caso particular de los archivos en formato RAW, este tipo de archivo contiene la información de los pixeles obtenida después de la interpolación realizada a los datos obtenidos por los fotositos, sin pasar por un proceso de revelado digital, por esta razón se considera que contiene los datos crudos y de ahí su nombre genérico (raw) provenientes del sensor.
En algunos equipos modernos se ofrece un cierto nivel de compresión sin pérdida, lo que se puede ajustar por medio del menú de tipo de archivo de ciertos modelos de cámara, esto generalmente disminuyendo la profundidad de color, ya que este tipo de archivo puede almacenar archivos con profundidades de hasta 32 bits.
Dentro de lo que algunos autores consideran como desventaja para este tipo de archivo es que proporciona archivos muy pesados, incluso en sus versiones comprimidas, además la rutina para decodificarlo no es común en los sistemas de cómputo, por lo que posiblemente se requiera instalar el proporcionado por el fabricante de la cámara.
Asimismo, dado que se trata de archivos que prácticamente no han sido revelados es necesario decodificarlos y revelarlos en algún programa de edición de imágenes, el fabricante proporciona algún tipo de programa que nos permite realizar esta acción, aunque algunos de los editores de imágenes más populares como Adobe Photoshop, incluyen decodificadores que permiten abrir algunos de estos archivos.
Sin embargo, este formato de archivo respecto a fines de almacenamiento presenta una ventaja, prácticamente se trata de archivos de sólo lectura, no es posible sobre escribirlos, por lo que se dice que son archivos permanentes.
Pero la mayor bondad de los archivos RAW, es que brindan la mayor cantidad de información captada en la imagen fotográfica por lo que permiten muchas posibilidades de edición, por lo que es el formato elegido por la mayoría de los profesionales de la fotografía.
Prácticamente cada fabricante de cámaras fotográficas tiene sus propias versiones de archivos de formato RAW, incluso entre modelos de la misma compañía llegan a variar las versiones, de esta manera podemos mencionar:
- Los archivos con extensión NEF (Negative Electronic File) de Nikon.
- Los archivos con extensión CR2 (Canon Raw 2) de Canon.
- Los archivos con extensión ARW (Alfa Raw) de Sony.
- Los archivos con extensión DNG, propuesta de la empresa Adobe como un intento por estandarizar este formato
Referencias:
- Canon. (s/f). La fotografía digital a su alcance: Canon Recuperado de http://190.116.26.93:2171/mdv-biblioteca-virtual/libro/documento/1jOpzqtzkBAaxImjgJ-ZVq_LA_FOTOGRAFIA_DIGITAL_A_SU_ALCANCE.pdf
- Curtin, D. (2007). The Textbook of Digital Photography. EUA: Curtin.
- Miret, O. (s/f). Edición de imágenes y Fotografía Digital. España: Universidad Oberta de Cataluña.
- Osuna, R. (2013). Fundamentos de Fotografía digital. España: Osuna R.
- White, R. (2007). How Digital Photography Works. EUA: QUE.